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Todavía recuerdo mis enojos al principio de llegar a vivir aquí, ¿como era posible que si he quedado con alguien a las 05.00pm se presente a las 06.30pm como si no pasara nada y sin ninguna disculpa por su retraso?, sólo con una sonrisa te dicen “la hora ecuatoriana”…
El país desde luego tiene muchos mas encantos que esta costumbre de La “hora
ecuatoriana” que a los que nos apasiona intentamos ocultarla, pero es una pasmosa realidad.
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Todavía recuerdo mis enojos al principio de llegar a vivir aquí, ¿como era posible que si he quedado con alguien a las 05.00pm se presente a las 06.30pm como si no pasara nada y sin ninguna disculpa por su retraso?, sólo con una sonrisa te dicen “la hora ecuatoriana”…
Con el tiempo he
aprendido a no tomarlo a mal, son malos vicios ancestrales debido a una total
falta de cultura por el respeto hacia los demás. Es
lo que hay, o lo tomas o lo dejas. Como digo en muchos post anteriores
generalizar siempre trae injusticias, pero las excepciones son muy escasas.
Eso no quita que me
siga pareciendo una aberración incalificable, pues por suerte, a mí si me
educaron pensando que el tiempo es oro y que no se
le puede hacer perderlo a nadie. Quizás mi obsesión por la puntualidad viene
por la importancia que le doy a aprovechar el tiempo, creo que un minuto que no
haces nada es un minuto perdido que jamás recuperarás.
Uno se amolda al
nuevo entorno todo lo que puede, pero hay principios que no se pueden ni se
deben cambiar y uno de ellos es ese. Si me dices que me esperas a las 6 de la
tarde estaré allí faltando 10 minutos para la cita, creo que no te debo hacer
esperar pues imagino que tendrás mas cosas que hacer y mas importante; si te he
dado mi palabra para esa hora es porque puedo ir, no tengo porque perder el
tiempo dando vueltas en cosas banales sabiendo que me estás esperando.
Igualmente, si veo que no voy a poder llegar a tiempo te llamo, que hoy todos
tenemos celular, para avisarte del inconveniente, no me espero a que pase una
hora de la cita para llamarte y decirte que no voy a poder ir, es simplemente RES-PE-TO.
A la par del
horario la formalidad de la palabra brilla por su ausencia. Invitar a cualquier
fiesta de cumpleaños, grado u otra es una autentico ejercicio de adivinación.
El ejemplo mas
claro fue a la última que nos invitaron, la graduación de la hija de un cliente
se celebraba por todo lo alto en los salones municipales. Acto, cena y baile
organizado con todo el esfuerzo del mundo, tanto por el tiempo invertido como
por el dinero gastado en comida, grupo de animación y tarjetas de invitación.
Pues, de 60
personas invitadas aparecieron 25 y casi dos horas tarde de la hora fijada. El
resto ni se molestó en avisar que no irían para al menos organizar el tema de
la comida y las mesas de invitados Se me partía el alma de ver a la niña
saliendo a la puerta como desesperada a ver si venía alguien para intentar
comenzar el programa. Por desgracia es algo normal en cualquier evento que se
organice.
Nuestra mala fama
va incrementando por ser intransigentes en este aspecto y haber dejado a gente
por llegar tarde a las citas o marcharnos de actos por la tardanza de su
comienzo, lo que no ha suavizado
precisamente esa imagen, pero nosotros seguiremos igual, si me dices a las 7 es
a las 7, te doy diez minutos de cortesía y si no apareces me olvidaré de ti
dedicando mi tiempo a hacer algo productivo, que el tiempo es oro y las faltas
de respeto se las haces a quien quieras, a mí no, ya estoy muy mayor para
aguantar según que cosas.
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