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Volver con la frente marchita



Foto Azahara Gimeno Photografy
Pues llegué, después de una odisea que me he hizo perder 4 días de viaje, entre problemas de pasaporte y cancelaciones de vuelos, llegué al fin después de 5 años sin interrupción en mi paraiso ecuatoriano.

Murcia me recibió repleta de emociones familiares. Y como no venía yo suficientemente sensible con el tema del reciente terremoto en mi amado Ecuador podéis imaginaros las lagrimas de los diferentes encuentros, empezando por llegar justo a tiempo para comenzar la recepción de la boda de mi hermano pequeño. ¡Seco! Me quedé seco de tanto llorar. :)

No quiero ser sensibilero, pero son de esos momentos que se te quedan grabados en el corazón y seguro los comentaremos durante toda la vida. Estar tanto tiempo sin ver a tu familia y amigos duele, a pesar de contar hoy en día con todos los adelantos de la tecnologia y estar en contacto con ellos casi a diario.

Pero pasar un mal sueño antes de viajar con el impactante terremoto salvaje que ha ocurrido en el país, unos problemas con mi pasaporte dificiles de entender y una cancelación de vuelo de última hora producen una impotencia imposible de explicar que te deja una ansiedad por llegar que explota en el momento en que ves la primera cara familiar.

En el punto de las cancelaciones tengo que deciros que me llevé una decepción enorme con una de mis compañías favoritas para volar. Avianca tiró por tierra todo el buen concepto que tenía de ella. Jamás tuve un problema con ellos, pero el vuelo Guayaquil-Cali se canceló apenas 15 minutos antes de embarcar, perdiendo así mi enlace con el vuelo a Madrid, y después de mi odisea de cuatro dias intentando viajar podéis imaginaros la frustración.

La decepción llega por la gestión de las soluciones para unos pasajeros que quedan varados con las maletas ya en el avión. Sin apenas atención personalizada y lanzando sin soluciones que se nos reubicará en diferentes vuelos de la misma compañía, pero claro, al día siguiente, lo que en ese momento yo no podía contemplar. 
Luchando y hablando muy duro pude conseguir que me metiesen en un vuelo Guayaquil-Bogotá para el día siguiente muy temprano, pero aún así todo mi viaje se destrozó pues no llegaba a la boda en su momento.




He viajado mucho y he pasado mucho tiempo en aeropuertos, pero jamas he sentido tal impotencia ante esa ineficiencia para encontrar una solución. Problemas de este tipo he tenido con muchas aerolineas, KLM, Tame, American Airlines, Iberia... pero siempre han tenido un solución presta en poco tiempo que me ha permitido perder apenas un par de horas, entrando a otros vuelos incluso de otras compañías, nunca tener que perder toda una noche o mas de 6 horas. Muy mal señores de Avianca, MUY MAL.

Pero bueno, por ahora nada mas que reencuentros y mas reencuentros. Que bonito ver a mi gente a los tiempos, que raro sentirme fuera de lugar en mi tierra, que extraño parecer extranjero en tu propio país, pero así ha sido mi vida siempre, rara y emocionante. Jamás la cambiaría por la de nadie.

Me quedan unos días por aquí disfrutando de mi gente, aunque extrañamente echo mucho de menos mi vida en Catacocha, mi gente ecuatoriana y al principal motor de mi vida. Vuelvo en poco tiempo amigos, dejénme disfrutar, ya me lo merecía.




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1 comentario:

  1. Una completa odisea, pero la recompensa se la ve al final del camino, me parece que las cosas buenas no están a pedir de boca y es eso lo que te sucedió, me alegra que ya estés con tus familiares, me alegra que extrañes estas tierras y que sueñes en volver, a esta tierra que huele a campo y ciudad.

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