El Patrimonio y su relación con el Turismo



Petroglifo Piedra del Sol, en el cantón Paltas, Loja
Como todos sabemos, el turismo es una actividad socio-económica que implica la participación de elementos culturales. Esto se manifiesta en mayor medida cuando se produce el encuentro entre los habitantes de una región y los turistas que llegan de otras regiones o países con realidades culturales diferentes. Esto repercute directamente sobre las culturas con influencias tanto negativas como positivas. 

En cuanto a las positivas, genera un amplio beneficio a las personas que se involucran con la actividad turística, que se multiplica a otros sectores, por lo que su impacto no es tan sólo social y económico, sino también cultural y medioambiental.

Dentro de las motivaciones que mueven al turismo queremos destacar la curiosidad por conocer lo histórico-cultural de un lugar. En este caso, el turismo incorpora los bienes culturales como parte de la oferta turística, incluyéndolo así en el patrimonio turístico. Es así que se plantea una relación directa entre patrimonio cultural y turismo, donde por una parte tenemos la conservación de la riqueza cultural e histórica de un territorio y por otro lado una actividad que pone en valor dicho patrimonio, fomentando su rescate y conservación de las diferentes manifestaciones culturales tanto tangibles como intangibles, lo promociona y difunde. Los bienes culturales e históricos se convierten así en atractivos turísticos ideales para diversificar la oferta turística, ampliando las rutas y circuitos turísticos. 




El turismo se convierte así en un elemento muy importante a considerar al coadyuvar al rescate y conservación del patrimonio tanto tangible como intangible, al mostrar al turista los elementos que conforman la cultura de un pueblo. Además, no sólo aporta en la recuperación de estos bienes culturales sino que cumple un papel fundamental en la revalorización cultural y el rescate de la identidad de los pueblos, ya que éstos son los principales responsables de su patrimonio y el turismo por tanto aporta con la generación de condiciones óptimas para su conservación y preservación. 

Arquitectura patrimonial en Catacocha, Loja
A partir del rescate, protección, restauración en casos necesarios y la revalorización de estos bienes patrimoniales conformados en atractivos turísticos, se obtiene una diversificación del producto turístico, asumiendo lo que establecen las normas de Quito en cuanto mencionan que el turismo protege y pone en valor los bienes del patrimonio histórico-cultural de los pueblos de forma que éstos no se degeneran por su uso. Lo que no se debe olvidar nunca es que la cultura es identidad, y por tanto es orgullo de ese pueblo, por lo que jamás debe ser considerada como una forma de riqueza material negociable, sino como el nexo de unión de un pueblo, lo que le une como tal y lo consolida frente a corrientes turísticas ajenas que buscan conocer precisamente esa cultura que poseemos. 

Para que esta relación sea provechosa para ambos, turismo y patrimonio, se deben planificar las diferentes actividades turísticas teniendo en cuenta precisamente este patrimonio. Debemos dejar de pensar tan sólo en cómo afecta el turismo al patrimonio, y más bien considerar este impacto para realizar planificaciones sostenidas del turismo cultural. 

De esta forma el turismo planificado debe tender a no entrar en conflicto con la cultura, a no degradarla, sino a generar actitudes positivas en los prestadores de servicio y en los entes gubernamentales con la idea de generar acciones que vayan en beneficio del patrimonio, desde la revalorización del mismo, su preservación y conservación, como a su aprovechamiento puramente turístico.

Lic. Yolanda Borrega Reyes
Docente Carrera de Turismo
Universidad Mayor de San Andrés



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