Siempre me atrajo la absoluta confianza que se le tienen a los remedios confeccionados con "montes" para cualquier tipo de enfermedad común, pero la variedad y total fe que se tiene sobre ellos en la zona sur ecuatoriana es algo digno de mención.
Fuera del misticismo que la zona andina me produce quiero comentaros que muchos de los remedios que he ido recopilando y que os iré poniendo regularmente en el blog los he probado y efectivamente, para mi al menos, han resultado "mano de santo".
El aislamiento de muchas de las zonas que he recorrido facilitan la transmisión de estas aptitudes de padres a hijos, e incluso, puedo dar fe de conocer a varias personas mayores que jamás han pisado un hospital y sus visitas al doctor durante sus largas vidas se pueden contar con los dedos de una mano.
Algo ésto que actualmente no le vemos la lógica y nos echamos las manos a la cabeza, pero para entenderlo hay que estar en su entorno y comprender la sabiduría popular transmitida durante generaciones de lugares totalmente alejados de la mano de Dios.