Mi primera alegría en el Mundial




Imágen Diario La Hora
Fue un día especial, jugaba Ecuador su segundo partido en el Mundial de Brasil y desde la mañana se notaba un ambiente tenso y esperanzador.
No me puse la camiseta del equipo, en mi tonta mente se metió que le di mala suerte en el primer partido que perdió contra Suiza de una manera traumática, por lo tanto la elástica para después de ganar, porque tocaba ganar sí o sí.

Se acercaba el momento. Calles vacías, tiendas aburridas y bares repletos de ansiosos aficionados alrededor de pantallas enormes de última generación con las cervezas recién abiertas y dispuestas a ser engullidas.
Cerramos y salimos dispuestos a no volver a la casa sin una victoria que nos hiciese recuperar la ilusión después del mazazo de un primer partido para el olvido.
La reunión familiar ya estaba animando sin importar lo difícil de la clasificación a pesar incluso de ganar, pero eso no importaba, jugaba la selección y lo demás se paraliza.


Minuto 31 y Honduras nos echa un jarro de agua fría a nuestros ánimos. No pude más que acordarme de las mil y una veces que la ilusión se viene abajo después de tantas expectativas, al contrario de lo que muchos piensan y excepto estos últimos seis años de ganarlo todo, España jamás ganó nada y las grandes expectativas siempre morían mucho antes de lo deseado en cualquier gran campeonato de selecciones, por lo que estoy bastante acostumbrado a ahogar mi ilusión y levantarme con la cruda realidad.
Pero mientras empezaba a mentalizarme para el disgusto, el otro “Valencia” nos devuelve la euforia con una explosión de alegría y ansiedad que hizo retumbar los suelos de madera en un estruendo contagioso.

Descanso y sonrisas de alivio que los dulces para reponer fuerzas consiguieron alargar hasta el comienzo de la siguiente etapa.
Nervios y mas nervios, gritos de agobio cada vez que Honduras se acercaba y aplausos de relajación en el momento en que se disipaba el peligro.

Y llegó el gol salvador, el que nos mete de lleno en la pelea casi imposible de clasificar para octavos, pero ahí estamos. Jugársela contra Francia nunca es una buena idea y menos como están los franceses de arrolladores, pero con la fuerza de todos los ecuatorianos la energía de los jugadores se duplicará.

Fiesta, caravana por las principales vías del pueblo con una alegría desbordadora de buena “vibra” fácilmente contagiosa. Señores, Ecuador consigue su primera victoria en un Mundial repleto de sorpresas y yo lo he vivido aquí. Me siento un privilegiado, aunque sigo pensando que se toma demasiado en serio un simple juego en el que los únicos que realmente ganan y pierden son los jugadores.

Detalles de vivir en el centro del mundo




Me lo recordó una amiga ayer con un comentario en Facebook, la diferente hora de anochecer y amanecer en España durante las periódicas estaciones. Toya, amiga periodista también española que reside en Bogotá y confecciona uno de los blogs sobre Colombia mas leídos “Colombia de una” se maravillaba de que en España fuesen las 22.00 horas y aún no anochecía.
Se me había olvidado que desde que estoy aquí eso tampoco lo he vivido, al estar en pleno centro del mundo la anochecida siempre es a la misma hora durante todo el año y por su puesto también la amanecida. Doce horas exactas de día y de noche que es un beneficio para el metabolismo del cuerpo y en el que no me había parado a pensarlo sinceramente.

A las 06.30 amanece y a las 18.30 anochece todos los días irremediablemente en las dos estaciones que aquí existen, invierno –lluvias- y verano –seco-, aunque excepto por la lluvia no hay apenas diferencias entre una y otra respecto a la temperatura. Ya no recuerdo eso de que en invierno estar a las cinco de la tarde ya de noche y en verano estar bañándonos en la playa hasta las nueve de la noche a plena luz solar.
Junto con el clima benefactor de los “andes bajos” ecuatorianos, el horario regular es una bendición para mis antiguos dolores de espalda y cuello, de los que ya ni me acuerdo, ahora el único dolor que me queda es el de la nostalgia que ataca regularmente apremiándome a una escapada que ya necesito.


Disculparéis por no actualizar el blog tan regularmente, pero estamos en mes de “Mundial” y soy un aficionado empedernido a este tipo de eventos. Aficionado al fútbol en general, nada de fanático a ningún equipo, sólo admirador del buen fútbol y eso de ver partidos que normalmente no se pueden ver me tiene hipnotizado cada cuatro años –igual que las Olimpiadas-, no me pierdo ni un solo juego y encima tengo la suerte de que acá todos los partidos se televisan gratuitamente… ¡como para perdérselos!

Y sí, aunque no fanatizo con ningún equipo en especial, me dolió y mucho la derrota de España y sobre todo la de Ecuador ayer por la forma, “que irasssssss”, a pesar de eso seguiré disfrutando del campeonato como buen amante del deporte, aunque sea de visionado nada mas.

Pronto os seguiré escribiendo sobre las maravillas de “Mi Lindo Ecuador”, que ya tengo preparados varios temas más. Gracias por seguir leyendo este blog que cada vez veo que sois mas lectores, lo que me asusta y a la vez me emociona colaborar con mi pequeño grano de arena a la promoción de este magnífico país lleno de diversidad en todos los aspectos.

¿Algo está empezando a cambiar en Catacocha?




Las Parrilladas del eMe Catacocha,

 pioneros en calidad y servicio

Salí el viernes pasado después de bastante tiempo y pude comprobar con mis propios ojos que la cosa empieza a cambiar afortunadamente. Os pongo en antecedentes, las pocas veces que salimos a tomar algo en los escasos lugares que existían la hora tope a la que podías aspirar, en mi caso claro, eran no mas de las 12 de la noche. ¿Por qué digo esto?
A partir de esa hora el trago comienza a hacer efecto y los “relajos” (peleas) son frecuentes, a parte de que en cuanto nos reconocían era imposible estar tranquilamente conversando con quien fueses pues como amabilidad intentan meterte el trago por los ojos y claro, si dices que no la ofensa se convierte en una pesadez difícil de sobrellevar si quieres tener un rato de asueto con la compañía.

Para mi gran sorpresa el viernes pasado ya vimos sitios donde el respeto y la tranquilidad a la hora de cualquier reunión de amigos es una premisa para los varios locales donde estuvimos. No se permite la entrada a gente “mareada”, ya se puede tomar mas variedad pues no se limitan a la típica cerveza y al omnipresente whisky, la atención y el servicio ya es acorde a la categoría de un pueblo ávido de calidad y lo mas satisfactorio, la preocupación en los detalles y la decoración empieza a ser algo normal, ¡ya era hora!.


Ojalá cunda el ejemplo y salir a “desestresarte” sea un ejercicio de reunión tranquila y conversación para los que no somos de terminar hechos funda en una discoteca, que para todo hay gustos, eso es el crecimiento, el poder tener la variedad de lugares y no caer en la monotonía, pues un día te puede apetecer ir a bailar y otro el estar tranquilamente conversando con un cubata en la mesa sin que te estén “jodiendo” con el tomar.

Por otra parte y estando en uno de los sitios me vino a la cabeza una pequeña ilusión que creo sería ideal para atraer gente a visitar nuestra ciudad, aprovechando el innegable talento interpretativo que nuestra zona posee, pues en cualquier sitio es normal la exposición artística de la mayoría de personas “jugando” al karaoke -creedme si os digo que es abrumador la calidad vocal que por aquí se oye, de cada diez personas que cantan nueve lo hacen maravillosamente, por algo el sur de Ecuador es la cantera principal de artistas del país- sería habilitar en Catacocha una zona de bares/espectáculo con terrazas y por supuesto con música en directo creando un pequeño circuito de presentaciones.
El municipio tiene la materia prima con el talento innato que hay, promocionando a sus artistas y lo mas importante, promocionando e incitando la creación y no sólo la versión se crearía una marca personal exportable. Es mas fácil de lo que parece.

Tenemos varios ejemplos de grandes grupos y personajes bien reconocidos en todos el país, ¿porque no explotar esa virtud para mejorar el pueblo?

Carretillero de mi vida




Las 4,15 en punto de la madrugada y el despertador canta un sonido amargo que entorpece la apertura de los ojos adormilados. A las 5 hay que estar en la feria de los domingos para no perder puestos y comenzar a trabajar transportando las compras de un lado a otro acompañando a compradores venidos de todo el cantón que se aprovisionan para toda la semana.

Arroz, arveja, lenteja, cantaclaro, maíz, cerveza, quesillo, gas… la carretilla no da para todo y hay que hacer varios viajes para trasladar la mercadería hasta “la chiva” que al cliente lo lleva de vuelta a Las Cochas y a por otro cliente rápido, no hay tiempo que perder. Entre $0.25 y $1.00 según la carga mas la voluntad hace que al final de la mañana el resultado haga sobre unos $20,00 en un buen día.

Kevin Manuel llega todos los domingos desde Chapango (a unos 5 km de Catacocha) con la carretilla que le deja su abuelo y a sus 14 años ya es un experimentado “carretillero” que esta mañana, cuando ya son las 09,00 horas, ha hecho como unos 15 clientes y no ha podido descansar desde que llegó.




- Hay domingos que me los paso acostado en la carretilla, pero este va muy bien. Diosito quiera que siga así. Dice con media sonrisa de cansancio.

La tarde la pasará descansando para las clases del lunes, pero con el bolsillo lleno de una “plata” ganada con el esfuerzo de quien, a pesar de su temprana edad, entiende de responsabilidad mas que posiblemente cualquier persona madura.

- Tengo 4 hermanos pequeños y el sueldo de mi mamá lavando ropa no da para todos, la ayuda de los domingos de mi hermano y mía viene muy bien.

Su hermano de once años ya está comenzando a “carretillear” con el carrillo que le presta uno de sus vecinos, pero no lo ha visto en un buen rato; “eso es buena señal, estará trabajando”.

Son las 12,00 del mediodía y el flujo de clientes bajó estrepitosamente, es hora de retirarse a almorzar y esperar al próximo domingo, durante la semana las clases hacen olvidar el arduo trabajo que la vida le ha puesto como asignatura obligatoria antes de tiempo, aunque como bien dice Kevin; “si no trabajamos nos vagueamos, no hay otra”.

La Horchata Lojana, una fuente de salud



Foto www.loja.gob.ec
A diferencia de la horchata de chufa valenciana (la única que conocía) y la de arroz que se elabora en México, la horchata lojana es una mezcla de hierbas medicinales entre las que se encuentran el cedrón, toronjil, llantén, hojas de naranja, escancel, violeta, hierba luisa, cola de caballo, menta, linaza… y así hasta 28 especies diferentes que conforman la bebida mas tradicional del sur andino ecuatoriano.

El gran compendio de hierbas constituye una fuente de salud con propiedades diuréticas y digestivas que llamó mi atención al ver como todo el mundo lo tomaba sobre todo para acompañar las meriendas o cenas, de hecho en cualquier restaurante, incluido el nuestro, se ofrece en cuanto anochece para regar cualquier plato sólido.
Esta excelente costumbre de tomar la infusión en la noche ayuda a rebajar los índices de grasa y tiene una función relajante que combate el stress diario antes de irse a dormir.

La horchata lojana se toma fría o bien caliente –lo más habitual-, acompañada con azúcar y limón al gusto con cualquier plato fuerte o sólo con pan dulce por toda la zona, aunque ya se está extendiendo por todo el país y las recientes exportaciones lo están haciendo habitual en países como Estados Unidos.




Entre tantas especies diferentes no es fácil imaginar que las variantes son abundantes, pero la HORCHATA, la tradicional Lojana® es la elaborada por la Asociación Agroartesanal de Productores de Plantas Secas y Medicinales del Ecuador (APPSME), la cual he tomado servida con una cucharadita de miel de abeja o bien con una de sábila, lo que hace a esta bebida color rojiza en un líquido mas espeso pero igualmente delicioso.

La producción de esta horchata está limitada por ahora exclusivamente a la zona sur ecuatoriana, concretamente a la provincia de Loja –de ahí su nombre- y las plantas que la elaboran van en progresivo ascenso debido a la gran demanda que empieza a suscitar el descubrimiento de esta fuente de salud por todo el país.

Los pocos turistas, tanto ecuatorianos como extranjeros que nos visitan, después de pasar unos días en nuestro territorio se les hace indispensable el llevar en sus maletas varias de estas funditas repletas con el aroma inconfundible de una de las cosas propias mas naturales y exportables de su extensa cultura ancestral.



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Ecuador del Sur




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