Mostrando entradas con la etiqueta Gastronomia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Gastronomia. Mostrar todas las entradas

El Repe lojano



Que la gastronomía ecuatoriana es rica en variedad y calidad es una obviedad tan aceptada como cierta. La fisonomía del país, dividido en tres partes claramente diferenciadas, costa, sierra y amazonía ofrecen una diversidad enorme en muchos aspectos, pero sobre todo en la pluralidad de platos que poner a la mesa.

Guineo verde, maní molido (cacahuete), leche y cilantro son prácticamente la base de una sopa tradicional de la sierra, mas concretamente de la sierra sur andina ecuatoriana, donde las variantes son abundantes, utilizando también en muchos casos papa, quesillo u otros componentes que sólo hacen enriquecer mas, el de por sí excelente sabor de los productos de la tierra.

No he visto una receta igual de confección del “repe” desde que estoy aquí, cada uno tiene su receta y porque no decirlo, su secreto personal que normalmente ha pasado de generación en generación.

Servido con aguacate o huevo duro funciona como un estupendo reconstituyente pues el maní y el plátano son energía pura. No tiene unas fechas específicas para degustarlo ya que es de las sopas que regularmente se suelen hacer por toda la sierra lojana diariamente. Rápida y fácil.




Nuestra receta para cuatro personas:

Ingredientes
- Cinco plátanos “guineo verde”
- ¼ libra de maní molido en pasta
- ½ litro de leche entera
- Tres cucharadas de Cilantro picado
- 1 libra de papas (opcional)
- ½ libra de quesillo desmenuzado (opcional)

Preparación
Poner a hervir 2 litros de agua, cortar el guineo en cuadrillos pequeños. Una vez que el agua esté hirviendo agregar el guineo, el maní, sal al gusto y la leche o quesillo hasta que el guineo esté cocido y con la ayuda de un molinillo batirlo generosamente.
Para servirlo agregar el cilantro.

Ya me contaréis como os ha salido, a mi que sólo valgo en la cocina para limpiarla me ha salido rico, rico, por lo tanto a cualquiera que tenga una mínima noción de cocina le tiene que salir exquisito.



DONACIONES
Ecuador del Sur




SI VES INTERESANTE EL POST NO DUDES EN COMPARTIRLO EN TUS REDES SOCIALES

La Guatusa, un enorme roedor por el bosque seco

Chocobananos para todos




Sobre las ocho y media de la mañana con un sol de justicia se presentó como caída del cielo la señora con una cesta repleta de chocobananos hechos la noche anterior, ni uno de nosotros dijo que no. El sol apretaba duro y comer un dulce tan tradicional y rico como ese remedia los males del calor y es un buen complemento energético para comenzar el día.

La receta original viene de Guatemala aunque es algo que se consume masivamente en toda Latinoamérica, es por ello que la mayoría de países se acreditan el invento como suyo, cada uno con sus variantes.

Maduro (plátano) congelado para después añadirle una cobertura de mantequilla y chocolate. Aquí hay para diferentes gustos, unos prefieren la cobertura también helada y otros como yo que preferimos la cobertura caliente en “fondue” alrededor de una mesa con una buena conversación.


Siguen habiendo muchos particulares que hacen el delicioso dulce para salir a vender puerta a puerta, una costumbre encantadora que les hace conseguir una ayuda al sustento familiar. Alguna empresa ha intentado copiar el formato para vender industrializado y como era lógico, no ha tenido apenas éxito. El chocobanano debe ser casero para conservar su esencia tradicional y autentico sabor que te transporta a la niñez.

La facilidad en la preparación hacen de este postre uno de los mas extendidos y queridos sobre todo por los muchachos, y no tan muchachos, pues a mi realmente me encanta y os aseguro que mi edad de infante ya pasó.

Después de las clases o del trabajo que te reciban en casa con un chocobanano de bienvenida es la mejor de las opciones para olvidar las preocupaciones diarias.


  QUIZÁS TAMBIÉN TE INTERESE LEER  
El Molloco, una exquisitez repleta de energía
Salsa de Ají con tomate de árbol, tradición pura en las mesas ecuatorianas
Fiestas cantonales Paltas 2014 inició con desfile sobre tradiciones

Los versátiles Raspados



De las cosas que mas me fascinaron de este país es la cultura de comer helados haga frío o calor, aunque ya expliqué alguna vez que las bendiciones climáticas de este lado del mundo y su eterna primavera me ha acostumbrado a verlo como algo normal, pero para mí nunca ha sido normal, yo me he limitado a comer helados de junio a agosto nada mas, que es la época de calor de mi España querida, mas bien de ¡tremendo calor!.

Y es que por tener la posibilidad de comer durante todo el año hay una variedad infinita de helados naturales, caseros, por supuesto industriales también, dominados por la marcas “Pingüino” y a una mas pequeña escala por “Topsy”. Pero de los que verdaderamente quería hablaros es de los caseros y de uno en particular que me encanta: “El Raspado”

Todavía por algún rincón de Catacocha hay puestecillos en la puerta de las casas particulares con el cartel de se venden raspados y helados caseros, sobre todo en los barrios colindantes al centro, aunque son mas abundantes en las pedanías. Sin duda una buena forma de sacarse un sobresueldo o como principal sustento tan necesitado para familias mega-numerosas que aquí abundan.



El Raspado es tan sencillo como exquisito y muy versátil, pues se hace a tu gusto, no hay un raspado igual.
Hielo raspado (frapé), con un mecanismo que te transporta al siglo XIX, pero efectivo como el que mas, y después viene la creatividad, se riega todo el hielo con las esencias que tu elijas; chicle, menta, vainilla, chocolate, coco, piña, fresa, durazno, miel,  hasta leche condensada y manjar... y todo por 0,25$.

A mí me gusta el de chocolate y menta ó fresa y chocolate, ¿tú de que lo pedirías?

Maquinaria para frapear hielo


SI VES INTERESANTE EL POST NO DUDES EN COMPARTIRLO EN TUS REDES SOCIALES


Bocadillos de panela y maní. Tradición dulcera del sur ecuatoriano

¿Otro quimbolito "flaco"?




- ¡Prueba esto que te va a encantar! Mi acompañante sabía de mi debilidad por el dulce.


Ni corto ni perezoso agarré lo que me pareció un "tamal" con la duda de si aguantaría tanta masa de maíz de nuevo. Mi estomago, aunque llevo mucho tiempo en el Ecuador, no se acostumbra a algo tan pesado para él como un tamal relleno de carne, me es casi imposible terminarme uno solo, por muy bueno que me parezca.
Pero no, el quimbolito tiene la misma apariencia, pero nada que ver con el sabor y la pesadez. Si bien la base también es de harina de maíz, es mucho mas ligero y el toque dulce es apasionantemente adictivo, al menos para mí.

Uno, dos, tres... cuatro cayeron de una sola "sentada". La pícara sonrisa del morenito que regentaba el puesto de dulces en la última feria de Catacocha daba a entender que estaba haciendo el agosto conmigo esa tarde.

- ¿Otro quimbolito "flaco"? (Lo de que me llamen flaco me gusta. Es muy normal que te llamen por tus rasgos. Chino, negro, gordo, churon, etc)
- Te acepto uno más. Pero no vuelvas a ofrecerme mas que me conozco y no quiero explotar.




Masa de maíz con mantequilla, leche, jugo de naranja, huevos, azúcar y un toque de esencia de vainilla. Se le insertan uvas pasas a esa masa y enrollada en hoja de achira (una planta parecida a plataneras pero mas pequeñas) se cocinan al vapor durante unos treinta minutos. Los ingredientes, por lo que vi en diferentes puestos, varían según el gusto. El último que probé llevaba chocolate en la masa, delicioso.

Menos mal que no se cocinar ni me gusta... No pararía de hacerme semejante manjar todas las tardes para merendar.
De la extensa e impresionante gastronomía ecuatoriana me quedo con los deliciosos QUIMBOLITOS. Una razón mas para disfrutar.


SI VES INTERESANTE EL POST NO DUDES EN COMPARTIRLO EN TUS REDES SOCIALES


Opoluca y La Merced. Caminarlos en inverno es un verdadero placer

El mejor vendedor de empanadas de queso del mundo



Los ojos avellana de Walter se iluminan cuando le pido cinco dolares de empanadas, son las 6 de la tarde y desde las 2 está recorriendo todo el barrio repartiendo las deliciosas perlas de queso que la Sra. Gladys, instalada en el corredor de su casa, en la misma orilla de la carretera de la curva de Sta. Marianita, hace todos los fines de semana.

- ¿Cinco dolares don Miguel?, ¿Tantas de una?. El asombro del muchacho en un principio se tornó en admiración al pensar en todo lo que cobraría de una sola tacada.
- Sí Walter, somos muchos hoy y todos queremos empanadas.
-Espere que saque la lista para ver cuantas son.

(El primer día que la Sra. Gladys decidió poner el puesto en la calle para hacer y vender empanadas de queso Walter llegó apurado al supermercado pidiéndonos con su acento cantarín, que me recuerda al gallego, y mezclado con un "ceceo" propio de los andaluces mas cerrados, que le hiciésemos una lista con lo que tenía que cobrar de las empanadas:
-¿Pero como así Walter?. Si cada empanada vale $0.25 no necesitas saber mas... Multiplicas y ya!
-Sí, pero es por si me equivoco en las multiplicaciones, usted sabe que aún no las tengo seguras. Me la hace con el precio de una, de dos, de tres empanadas y cuantas son cuando me piden un dolar o dos, y eso, usted sabe... la gente aquí es muy viva.
Sus once años de inocencia se le olvidan en cuanto necesita algo que genera ingresos para su casa, no hay como la necesidad para que se motive en aprender cosas que el mismo ve que le sirven en la practica.)

- ¡20 papito!, Tengo que darle 20 empanadas.

No oí las últimas palabras cuando ya estaba corriendo gritando a su madre que había un pedido grande. La movilización que consigue al instante es propia de cualquier alto ejecutivo en un estado de ansiedad premeditada.


Al momento se puso en marcha la maquinaria. Masa de harina de trigo hecha previamente, una pizca de "quesillo" en el centro (una variedad de queso casero de la zona que se desmenuza, en este caso de Lauro Guerrero y Cangonamá) y a la sarten, ya bien caliente con aceite vegetal.
No pasaron ni diez minutos cuando Walter llegaba con la sonrisa de par en par con la cesta de mimbre repleta de las mejores empanadas de queso tradicionales que he probado desde que llegué al Ecuador, todas cubiertas de azúcar y ardiendo. Una delicatessen en toda regla, y al lado de mi casa.

- Don Miguel, sus empanadas. Les mandé veintidos, pero las dos de mas son para usted y don Franco, no se las den a nadie. Esas se las regalo por ayudarme a hacer el deber del colegio ahora cuando termine de trabajar, ¿porque me van a ayudar otra vez hoy no?.

¿Quien le dice que no?