Vilcabamba, vivir 100 años es posible




Vivir 100 años es posible, especialmente para los habitantes de Vilcabamba. Este pueblito, ubicado a 41 km al sudeste de Loja y a 1500 m.s.n.m., ostenta varios mitos que le dan una mística especial: entre ellos, que sus habitantes son los más longevos del mundo y que algunos han superado los 120 años de vida. A pesar de que muchos niegan lo que los folletos turísticos afirman, es imposible no sentir curiosidad por la gente que envejece (o se rejuvenece) en este valle escondido." (Universidad Maimónidies)

Todo comenzó en 1970 y se acentuó en las últimas décadas. El investigador Víctor Carpio dice que los primeros estudios sobre esas bondades en enfermedades cardiovasculares originaron el arribo de extranjeros.

En 1969, en el gobierno de José María Velasco Ibarra, se organizó la primera misión científica liderada por Miguel Salvador. Este grupo se sorprendió por la longevidad de sus habitantes. Por la gran cantidad de personas que sobrepasaba los 100 años se planteó otro estudio, dice Carpio. Los resultados se difundieron a escala mundial. También, hubo apoyo de investigadores de Europa y Estados Unidos, indica.




La visita del comediante mexicano Mario Moreno ‘Cantinflas’ en 1970 fue otro hecho que generó réditos. Él llegó por una enfermedad cardiovascular. La lojana Judith Ojeda conversó y atendió al artista en el único bar que había en el pueblo en 1970. ‘Cantinflas’ vivió en este valle entre septiembre y diciembre de ese año.

Ahora empresarios y jubilados de empleados de empresas públicas y privadas de España, Canadá, Estados Unidos y Alemania llegan para radicarse.


Morocho dulce, un rico y nutritivo tentempié



Foto Layita.com
Lo había oído miles de veces desde que estoy aquí, pero jamás lo había probado, y ayer en la terminal terrestre de Loja recién llegando desde Catacocha paramos en un puesto de empanadas que también ofrecía Morocho, una bebida espesa de leche con canela, especies dulces, pasas y la propia variedad del maíz llamada morocho.

Mi primera impresión al tomarlo bien caliente fue la del sabor a “arroz con leche”, pues más o menos es la misma receta, pero cambiando el arroz por el maíz morocho. También me recordó a la “leche merengada” que tomaba siempre bien fría en los veranos abrasadores de mi añorada Murcia, por lo que ya vamos a hacerlo nosotros y lo meteremos de una a la refrigeradora. Bien frío también tiene que estar exquisito.

Como comida típica ecuatoriana el morocho se encuentra en infinidad de puestos callejeros por todo el país, casi siempre bien acompañado por una empanada de queso o cualquier clase de pan dulce. Desde bien caliente como es tradicional, a bien fresquito, se sirve también como postre si no lo ciernes (colarlo), dado que el espesor que le da la variedad del maíz morocho sirve para comerlo con cuchara.




Os dejo la receta de Layita por si alguien gusta de hacerlo, os garantizo que está para chuparse los dedos.

Ingredientes
14 onzas de maíz morocho partido o maíz blanco trillado, alrededor de 2 tazas
6 tazas de agua para remojar
8 tazas o 2 litros de leche
3 a 4 ramas de canela
 ¼ - ½ taza de azúcar o panela rallada, ajustar al gusto
 ½ taza de pasas, opcional
Canela molida para decorar
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         Preparación
Durante la noche deje el maíz morocho en remojo con las 6 tazas de agua.
Ponga el morocho partido y las 8 tazas de leche en una olla. Cocine a fuego lento hasta que el maíz este blando y tierno, alrededor de 3 horas. Remueva de vez en cuando para evitar que el maíz se pegue al fondo de la olla. Revuelva más frecuentemente durante los últimos 30 minutos.
Añada el azúcar y las pasas. Cocine durante unos 15-30 minutos mas, revolviendo con frecuencia.
Sirva el morocho caliente y espolvoreado con la canela molida.


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Fiora Vanti, una bebida ecuatorianísima



Ya la había bebido en España antes de llegar a Ecuador, se comercializa en todo el mundo desde que la compañía Cola-Cola la adquirió en 1991 y la migración ecuatoriana se expandió por todo el sur de Europa y Estados Unidos, introduciendo una cantidad de productos de uso diario desconocidos por ese entonces por las zonas del nuevo asentamiento.
Fiora Vanti nació en 1878 en Guayaquil (más antigua que la propia Coca-Cola) y desde entonces se convirtió en la bebida más consumida por los ecuatorianos. Actualmente en la segunda en ventas solo detrás de la mundialmente reconocida Coca-Cola.

Es una bebida gaseosa con sabor a frutas. El sabor principal es de fresa. También hay con sabores a piña y manzana. En 2001, se introdujo el sabor a uva, pero duró apenas un año y fue retirada del mercado. Hubo también el sabor a manzana verde, pero tampoco tuvo éxito en el mercado ecuatoriano.
En Ecuador es casi una tradición beber Fioravanti. Se la conoce comúnmente como Fiora Fresa, Fiora Piña y Fiora Manzana.

Son muy pocos los que, al tomar un vaso de Fioravanti, saben que, posiblemente, esta gaseosa guayaquileña sea la más antigua de América.
Son varias las piezas de este rompecabezas histórico. Las primeras son dos fechas de nacimiento y dos familias, una responsable de su origen y otra del desarrollo de la marca, por más de 19 años está en manos de The Coca-Cola Company. Embotellada por Ecuador Bottling Company hasta el año 2010; después por la embotelladora ARCA desde el 2011.




Según el sitio web www.coca-cola.com.ec, Fioravanti existe desde 1878. La misma fecha la dan Alejandro y Luis Peré Cabanas, miembros de la familia a la que Francisco Calderón Alvarado se la vendió (1940).
Previamente, Calderón la compró al italiano Juan F. Fioravanti, primo de Giuseppe Fioravanti, según aclara José Fioravanti, nieto de este último.
El historiador Guillermo Arosemena da otra fecha: En 1881 Juan F. Fioravanti, en el barrio del Astillero, abrió una fábrica de sodas, aguas minerales y jarabes de toda clase, cuya gaseosa de mayor venta fue Chinchiví. En 1901 esta se incendió y Fioravanti tuvo que empezar de cero.
Y en 1912, Giovanni Fioravanti adquirió la fábrica de gaseosas de Agostino Mórtola de Benardi, ubicada donde hoy se levanta la Biblioteca Municipal.

Arosemena, en su historia de La Industria de las bebidas embotelladas y alcohólicas, no señala que Fioravanti sea la cola más antigua de América, como sostiene Alejandro Peré. Solo indica que desde la década del 40 Coca-Cola se empezó a producir en la urbe.



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El coctel a través del tiempo y su relación con las peleas de gallos
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Vertientes de Landapo, ¿agua para todos?



Unas de las vertientes de Landapo
Con una lluvia copiosa nos levantamos a las 6 de la mañana para emprender una prometedora aventura por el sector de Landapo, en las faldas de cerro Pila-Pila, desde donde la nueva administración cantonal pretende abastecer de agua a la ciudad de Catacocha. Vertientes de agua perenne que comprobamos “in situ” de una claridad y limpieza dignas para el consumo humano.

En su quinta salida, el club Ruta de los Cerros, había programado una caminata tranquila para comprobar estas vertientes y así conocer una ruta verdaderamente encantadora por el antiguo camino de herradura de Lauro Guerrero hasta Orianga, un camino que fácilmente estaría incluido en la red de vías ancestrales que comunicaban con el reconocido Qhapaq Ñan (Camino Real Inca) en su parte transversal hasta la costa ecuatoriana.

Desde Catacocha dirección Playas y cogiendo el desvío hacia Yamana fuimos recorriendo rincones de una abrupta vegetación sobrepasando Carmelo, Granadillo, Jatunpamba, Lauro Guerrero hasta llegar a Moras, donde nuestro transporte dejó a los caminantes para enfrentar unas dos horas de ruta por increíbles paisajes campo a través.
Sector Voladeros, Landapo
El camino angosto tuvo piedad de nosotros, pues la reciente lluvia no maltrato mucho el sendero y se pudo discurrir tranquilamente admirando el entorno de un bosque seco que se nos presentaba contento de recibir las primeras lluvias de la temporada.

Tierras amarillas, Quebrada Honda, Landapo, Sendero Cola-Cola… un impresionante camino no exento de peligros como el sector Voladeros, donde el viento, brusco y cambiante, puede sorprender al caminante sino es consciente del peligro. La prueba está en el mismo lugar con la cruz de los muertos, evidencia de más de un desastre en el sector.




Camino de Herradura Orianga-Lauro Guerrero
La vuelta de nuevo a Lauro Guerrero se tornó en problemática por la humedad de la vía de tercer orden, puesto que nuestro transporte no podía arriesgar por la resbaladera, lo que se convirtió en una ampliación de la caminata hasta llegar a la “Y” de Santa Gertrudis, por la ruta Orianga-Lauro Guerrero. Tres horas más de convivencia divertida aunque cansada, sobre todo por tener la mente puesta en el exquisito “Repe” y fritada que nos esperaba en la casa de doña Berta Gallegos, manos expertas en estos lares gastronómicos.

Las diferentes vertientes, que durante la ruta comprobamos, refrescaron más de una vez e ilusionó para la tarea de ver llegar agua a la ciudad desde sus caudalosas quebradas.
Si realmente es viable el proyecto esperaremos con ansiedad su ejecución, rogando no se quede todo en meros estudios de palabrería y demagogia barata como estos últimos 189 años.

Si quieres ver mas fotos de esta caminata puedes entrar al álbum de Facebook de la Ruta de los Cerros, pinchando aquí.



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El mágico colibrí

Pilsener, la joya de la corona ecuatoriana



Históricamente la cerveza fue desarrollada por los antiguos pueblos elamitas, egipcios y sumerios. Las evidencias más antiguas de la producción de cerveza datan de alrededor de 3500 a. C. fueron halladas en Godin Tepe, en el antiguo Elam (actual Irán). Algunos la ubican conjuntamente con la aparición del pan entre 10.000 a. C. y 6.000 a. C. ya que tiene una parecida preparación agregando más o menos agua. Parece ser que las cervezas primitivas eran más densas que las actuales, similares al actual «pombe» africano, de culturas igualmente primitivas. Según la receta más antigua conocida, el Papiro de Zósimo de Panópolis (siglo III), los egipcios elaboraban la cerveza a partir de panes de cebada poco cocidos que dejaban fermentar en agua. Su cerveza fue conocida como «zythum», que es palabra griega, pero en una fase más tardía.

Pilsener es la marca más tradicional de cerveza en Ecuador. Fue creada en 1913 en la ciudad de Guayaquil y hasta la actualidad es elaborada por la empresa Cervecería Nacional S.A. Desde el siglo XIX la planta funciona en el mismo asentamiento del barrio Las Peñas. Tiene presentaciones de diferentes tamaños, la más popular es la de 750 cm cúbicos en su tradicional botella de vidrio amarillo. Cerveza rubia tipo Pilsen, con un grado alcohólico de 4,2°, de fino sabor amargo y un pronunciado aroma de lúpulo.

En 1886 varios inversionistas instalaron la primera cervecería de la ciudad de Guayaquil. Los promotores de esta causa fueron Enrique Stagg y Martín Reimberg, los que compraron una fábrica de hielo y un terreno ubicado en el barrio Las Peñas, en donde ampliaron las instalaciones y las equiparon con maquinarias importadas desde el exterior. El 9 de octubre de 1887 comenzó la producción de cerveza en Guayaquil, pues hasta entonces sólo se consumía cerveza importada, ya que la falta de caminos y de sistemas de refrigeración impedía el transporte de la cerveza que se producía en algunas fábricas de Quito y otras ciudades andinas.




La cerveza elaborada era del tipo lager, en las variedades de Pilsen y Baverisch, mejor conocidas por el público como blanca y rubia, pero no fue hasta finales de 1913 que su cerveza tipo Pilsen de alta calidad fue patentada bajo el nombre de Pilsener. 

Al año siguiente, Ecuador Breweries Company (como se llamaba en ese entonces) comenzó un agresivo plan de expansión de consumo en otras ciudades, utilizando la línea del ferrocarril para llegar hasta poblaciones cercanas a la capital. 

Las décadas siguientes trajeron la reconstrucción de la fábrica de Las Peñas, una expansión de la industria hasta la capital e incluso un nuevo cambio de nombre a Compañía de Cervezas Nacionales, pero todo eso contribuyó a un gigantesco crecimiento de la compañía, que ya daba empleo a más de 500 empleados y poseía camiones para la distribución de su Pilsener, que en los años setenta, ya se había posicionado como la cerveza favorita de los ecuatorianos. De ahí en adelante fue una historia repleta de éxitos para Pilsener.



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El Molloco, una exquisitez repleta de energía
Opoluca y La Merced. Caminarlos en inverno es un verdadero placer