Los abuelitos de Catacocha. Un patrimonio humano incalculable.



No es la primera vez que escribo sobre la característica longevidad de la zona sur serrana del Ecuador y queríamos comprobarlo in situ investigando la gran comunidad de avanzada edad que reside en nuestra Catacocha, a la que también podríamos titular como "tierra de la longevidad".

Comenzamos esta serie para hacerles un humilde reconocimiento desde este blog a estas grandes personas que comprenden una sabiduría popular que no es igualada a cualquier avance tecnológico. Ojalá este artículo sirva para despertar conciencias y a alguien se le ocurra un gran acto para celebrar a estas personas como merecen. Es un logro llegar a longevos e incluso a centenarios. Un reconocimiento no les vendría nada mal.

Por supuesto queremos evidenciar igualmente las bondades que el clima y la alimentación natural que aquí aún se consume hacen en la salud de sus habitantes, llegando algunos de ellos a sobrepasar los 100 años bien “duritos” y con una lucidez y humor envidiable.

Gracias a Robby Díaz por su interés en sacar a la luz a estos grandes personajes de nuestra ciudad que comprenden un patrimonio humano imposible de igualar.




ROSARIO MARIA AGILA
Octubre 1910 
(104 años)


Doña Chayito nos recibió desde la planta alta de su casa a la cual sube por las gradas a escondidas de su nieta gateando, y las baja sentada escalón por escalón.
Su sonrisa nos contagia nada mas llegar y su gusto por que le realicen fotografías es un vicio que no pudimos parar de realizar.
Con 6 hijos (uno de ellos fallecido) y 30 nietos, se le perdió la cuenta de biznietos y algún tataranieto “que seguro tengo por ahí…”.
Toda su vida dedicada a la cosecha del café y al cultivo de todo tipo de grano ha pasado su existencia con una salud admirable y jamás entró a un quirófano. Sus restricciones de comida son las normales de la edad (maní, chancho y maíz) pero sigue comiendo de todo y ella misma se define como “golosa y siempre hambrienta”.
Su sordera nos hace imposible charlar más con ella pero nos vamos de su casa con una sonrisa de oreja a oreja, que bendito humor el cual no nos vendría nada mal en estos tiempos a más de uno.


ESTHER DE JESUS YAGUANA ERAS
Mayo 1915 
(100 años)


Con los nervios de la organización de la próxima fiesta para sus 100 años nuestras amigas Meryan y Maria Ángeles Toledo nos presentan a su abuela sentada en un fabuloso corredor con unas vistas del Pisaca que quitan el aliento, donde la “abuelita” es capaz de pasar horas y horas pues su tranquilidad y sosiego ha sido una constante en su vida. Duerme hasta las 11 de la mañana porque “tengo la conciencia tranquila”, según sus propias palabras.
Doña Esther nos clava su dulce mirada atenta y cariñosa esperando una conversación sumida en su aspecto introvertido.
Nació en Naranjo Palto donde quedó huérfana a muy temprana edad, siendo criada por una madrastra de mal recuerdo hasta que se casó y se mudó a Chapango, donde su vida transcurrió tranquila en sus labores de cosecha para el sustento diario.
7 hijos la contemplan de los cuales la hija mayor (80 años) la acompaña en nuestra visita demostrando una complicidad digna de mención y totalmente agradecida a su hermana menor Elvia Guaman encargada con devoción de su cuidado, 24 nietos, biznietos e igualmente algún tataranieto que “seguro que tengo…
Felicidades por anticipado por su próximo centenar al cual cuenten seguro con nosotros para esa fiesta. 


VICTORIA ALEJANDRINA TANDAZO TANDAZO
Marzo 1916 
(99 años)


Recién cumplida la última edad de dos dígitos Doña Victoria lee y lee periódicos, biblia y lo que caiga en sus manos. Su andador le sirve para desplazarse por culpa de unos inoportunos dolores de rodilla producto de la edad que no le impiden desarrollar un humor igualmente envidiable.
14 hijos (7 de ellos fallecidos) y al menos 35 nietos, su juventud se la pasó yendo y viniendo a Huato caminando o a mula, donde aún mantiene propiedades, para cuidar sus cosechas de café, maíz, frejol…
Nuestra conversación se torna en encantadora recordando sus tiempos de estudios en la antigua Escuela Alberdi, situada en la anterior construcción donde hoy reside el Patronato Municipal y Bomberos de Paltas.
Repe, máchica de maíz, leche natural de cabra y vaca, huevos criollos, manteca de cerdo… toda una dieta natural que la ha mantenido con una salud de hierro y una mente lucidísima toda su vida.
Repetiremos en un corto plazo nuestra conversación con ella pues su lucidez nos impresionó, hay mucho que conversar con estas personas que son tesoros históricos de costumbres y tradiciones orales.

Desde Ecuador del Sur nuestro mas admirado reconocimiento hacia estas personas que constituyen una enciclopedia popular y a las cuales seguiremos visitando tanto como podamos para aprender de ellas.
Si sabes de alguien longevo en nuestra ciudad te rogamos que nos comuniques al correo ecuadordelsur@gmail.com o bien a nuestra web de Facebook.



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